Antonio Carrión Navalón (1918–2007) “Rostros del exilio” Gräfelfing (Alemania), 1968

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Obra figurativa de fuerte contenido expresivo realizada por Anton Carrión Navalón, pintor español exiliado en Europa tras la Guerra Civil.

El artista adopta aquí su nombre de uso en el exilio, “Anton”, y plasma un grupo de rostros juveniles resueltos con empastes densos y una gama cromática de verdes, azules y tierras.

El tratamiento del rostro humano como símbolo de memoria y desarraigo convierte esta pieza en una de las manifestaciones más significativas de su etapa en el exilio.

Ejecutada en Gräfelfing (Baviera) en 1968, esta obra corresponde al periodo en que Carrión Navalón asimiló la estética del expresionismo centroeuropeo y la fusionó con la tradición humanista de la pintura española.

Contexto histórico

Anton Carrión Navalón (1918–2007) fue uno de los artistas españoles cuya vida y obra quedaron marcadas por el exilio.

Participó como militar republicano en 1937 y, tras la derrota, sufrió la represión franquista, constando en los registros del Archivo General Militar de Guadalajara y en los Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores (BDST).

Su salida de España la Suiza, donde residió hasta su fallecimiento en 2007, manteniendo actividad artística en la región de Ginebra (Lancy) hasta fechas muy tardías.

Valor artístico

“Rostros del exilio” es una obra representativa de su madurez pictórica.

Los rostros infantiles, tratados con distorsión controlada y textura densa, encarnan la dimensión psicológica de la posguerra.

La inscripción precisa “Gräfeleing 1968” en el reverso aporta documentación excepcional de lugar y fecha, ofreciendo una trazabilidad completa dentro de su producción europea.