Maquina de electroterapia de pila humeda Chardin SXIX

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Pila eléctrica de Charles Chardin para corrientes galvánicas 1865, utilizada en electroterapia.

La batería de bisulfato de mercurio se podía usar en la mayor parte de las aplicaciones de medicina .

Caja madera de caoba

Esta interesante máquina, , consta de un dial que mide miliamperios, firmado por Charles Chardin, París, una palanca de encendido/apagado y un dial adicional que controla la resistencia de la corriente a través de los dos electrodos cuando se aplica al paciente. Se coloca una varilla roscada en el centro de la consola que, cuando se gira, sube y baja un conjunto de cilindros de vidrio individuales (marcados con Chardin) que están unidos a través del eje roscado y alojados dentro de una base de madera separada. en el cuadro de abajo.

El levantamiento de la caja de los cilindros de vidrio trae una solución química que habría estado presente en los cilindros y los eleva para que entren en contacto con un conjunto de treinta y dos ánodos de zinc que están unidos a la parte inferior de la propia consola. La acción de unir los dos crearía una reacción química que culminaría con la creación de una corriente eléctrica, cuya fuerza podría ajustarse mediante la resistencia.

Charles Chardin fue el inventor de una forma de electroterapia llamada "terapia vascular cinética electora", que se consideraba que actuaba sobre la circulación de la sangre en virtud de la aplicación de presión sobre las distintas partes del cuerpo. Probablemente esto se lograba mediante la respuesta del cuerpo mediante la aplicación de electricidad al tejido muscular.

 La diferencia en el enfoque de Chardin hacia la electroterapia durante ese período fue su preferencia por aplicar corrientes débiles al cuerpo en lugar del tratamiento de choque que se había vuelto frecuente desde la década de 1850. Se le cita diciendo:

"La corriente eléctrica que gobierna nuestro organismo es tan débil que escapa a nuestras investigaciones, por lo que es una locura acudir en su ayuda con corrientes poderosas".

Convencido de sus métodos, Chardin advirtió contra el uso de la cirugía y utilizó los experimentos de Galvini en el siglo XVIII con músculos de rana para reforzar su argumento.

Por descabellado que parezca, las máquinas de Chardin ganaron gran popularidad y todavía estuvieron en uso durante la Primera Guerra Mundial. Su dirección de uso fue la aplicación de un electrodo en la cabeza y el otro en la parte del cuerpo que se consideraba el área afectada para el tratamiento. Una vez aplicados, estos electrodos deberían permanecer colocados en el paciente hasta 6 a 10 horas por noche y proporcionarían curas para una lista interminable de dolencias: parálisis, epilepsia, esfuerzo muscular, gripe, asma, fiebres, dolores menstruales, tumores, cánceres, gangrena, anemia e incluso flatulencia! Con experiencia previa en tratamientos de shock, es probable que la idea de la electroterapia indolora fuera parte del atractivo que tenía para la víctima experimentada.

Los instrumentos de Chardin se desarrollaron originalmente con baterías de celda húmeda y luego pasaron a celdas secas, lo que lo convierte en un ejemplo temprano de su exitosa charlatanería.